"Llévame Contigo" es el diario de viaje de una joven de 22 años, Erica, que empieza a huir por Europa para no afrontar los problemas, para no afrontar una realidad -la de la provincia milanesa- con la que se ha identificado durante mucho tiempo.
En sus viajes se encuentra con decenas y decenas de personas y, si bien está siempre "on the road" como diría Kerouac, en realidad se encuentra iniciando un camino más complejo, mayor, menos concreto, el de la auto aceptación y conciencia de la propia independencia. Durante mucho tiempo, de hecho, la protagonista se ha encerrado en relaciones sin sentido, una tras otra, para no enfrentarse a sí misma. Por la primer vez, para de juzgar a otra persona y empieza a mirarse con ojos críticos. Estos hombres son casi sombras a lo largo de la novela, personajes ambiguos tomados de algún Ionesco o Beckett de nuestro tiempo. Pero Andrea no es así. Y Erica lo sabe bien. Ella aprende que el amor nunca gana, pero que te enseña mucho y, si lo dejas, te cambia la vida. Una vida que se compone del tiempo que pasamos en las redes sociales, revisando las notificaciones de Facebook y los mensajes de Whatsapp, mientras ya no nos miramos a los ojos y nadie lee un buen libro en el metro. Erica, en sus viajes, conoce diferentes realidades, tiene la oportunidad de conocer gente con un trasfondo histórico-cultural completamente diferente al suyo. Y crece, levantando la cabeza de ese maldito iPhone, para empezar a vivir.
En sus viajes se encuentra con decenas y decenas de personas y, si bien está siempre "on the road" como diría Kerouac, en realidad se encuentra iniciando un camino más complejo, mayor, menos concreto, el de la auto aceptación y conciencia de la propia independencia. Durante mucho tiempo, de hecho, la protagonista se ha encerrado en relaciones sin sentido, una tras otra, para no enfrentarse a sí misma. Por la primer vez, para de juzgar a otra persona y empieza a mirarse con ojos críticos. Estos hombres son casi sombras a lo largo de la novela, personajes ambiguos tomados de algún Ionesco o Beckett de nuestro tiempo. Pero Andrea no es así. Y Erica lo sabe bien. Ella aprende que el amor nunca gana, pero que te enseña mucho y, si lo dejas, te cambia la vida. Una vida que se compone del tiempo que pasamos en las redes sociales, revisando las notificaciones de Facebook y los mensajes de Whatsapp, mientras ya no nos miramos a los ojos y nadie lee un buen libro en el metro. Erica, en sus viajes, conoce diferentes realidades, tiene la oportunidad de conocer gente con un trasfondo histórico-cultural completamente diferente al suyo. Y crece, levantando la cabeza de ese maldito iPhone, para empezar a vivir.